06 Ene
10:58

La calzada romana de Vegarada

El puerto de Vegarada fue uno de los caminos que utilizaron los romanos para comunicar ambas partes de la cordillera cantábrica. Actualmente en desuso, muchos puentes y partes de la antigua vía se conservan para disfrute del caminante.

Parecía que la mañana de Reyes se había despertado radiante, así que después de sufrir las nieblas los días anteriores y como no había que ir a la oficina me asaltó la idea de realizar una visita que llevaba ya tiempo queriendo realizar, la de la calzada romana de Vegarada. Actualmente ya no comunica León con Asturias, como ocurría en épocas no tan antiguas, ya que la época del asfalto apostó por otra vías de comunicación como los puertos de Pajares o de Ventana, dejando fuera de uso otros antiguamente más utilizados como este de Vegarada, el de Piedrafita o el Camín de La Mesa (por donde dice la leyenda que huyeron hacia el sur los moros derrotados tras la batalla de Covadonga) y que actualmente se encuentran sin adecuar para el paso de coches.

Los romanos construyeron, en su momento, una calzada que desde el puerto de Vegarada se dirigía hacia la ciudad de Legio (León) bordeando el Río Curueño y atravesando, para ello, las impresionantes Hoces de Valdeteja, un estrecho paso construido por las aguas durante millones de años a a través de las calizas rocas de la zona y que, junto a las cercanas Hoces de Vegacervera, son dos de las joyas escondidas de la montaña leonesa. Obligados como estaban a salvar en muchas ocasiones la corriente del Curueño para poder ir pasando de una orilla a otra en busca de la mejor ruta, los puentes que tuvieron que construir fueron numerosos, estando en la actualidad ocho de ellos en pie y, gracias a las restauraciones, en perfecto estado de conservación, aunque alguno de ellos haya que considerarlo más como medieval que como romano por las obras realizadas en ellos en esa época.

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Cascada de Nocedo

Mi primera parada, sin embargo, fue en la cascada de Nocedo, un salto de agua metido en medio de las rocas y que en estos días no está en sus mejores momentos debido a la falta de lluvias y, sobre todo, nieve de estos meses. Esta cascada es muy conocida y siempre hay gente visitándola. En cambio la ruta de los puentes es más desconocida y os puedo asegurar que en los ocho que componen la ruta pude aparcar sin problemas junto al puente en cuestión y los visité yo sólo, sin nadie que me estorbara. Sólo en uno de ellos un lugareño lo atravesó con una carretilla llena de hierba, sin duda destinada a su ganado.

A pesar de que hay una guía turística sobre esta ruta que os podéis descargar de internet, las coordenadas que vienen en ella para poner en el gps son erróneas (podéis comprobarlo con el Google Maps), así que os pongo las correctas junto al nombre de cada puente de la ruta, que son los siguientes:

    • Puente del Ahorcado o de los Verdugos (42°55’07.6″N 5°23’58.3″W): Está situado en plenas Hoces de Valdeteja y apenas hay sitio para aparcar uno o dos coches en las inmediaciones. De todas formas ya os he dicho que estuve sólo todo el rato, así que pude dejar el coche donde quise sin problemas. Es romano, aunque una polémica restauración de finales del siglo pasado eliminó algunas de sus características. Como yo no he visto el puente antes de la obra no os puede decir si está bien o mal restaurado. Incluso aunque lo hubiera visto no estoy seguro de saber distinguir una buena de una mala restauración. Curiosamente fue el último que visité porque la primera vez me lo salté sin darme cuenta.
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Puente del Ahorcado o de los Verdugos

  • Puente del Villarín (42º56’53»N 5º24’10»W): Este fue el primero que vi. Estaba todo aún en sombra y la temperatura era de -2ºC, así que no me entretuve demasiado en él. Además personalmente me pareció el mas soso de todos, ya que es completamente recto y a mi me gustan más los puentes que tienen cierta pendiente hacia ambos lados. Ya veis, manías que tiene uno. Este es completamente romano

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    Puente de Villarín

  • Pontón del arroyo de Villarías (42°57’06.2″N 5°23’56.5″W): Está situado justo en el desvío de la carretera hacia La Braña y Arintero y, como su nombre indica, no está situado sobre el Curueño sino sobre un pequeño arroyo por el que discurría la vieja calzada romana. Como curiosidad os diré que el arroyo estaba congelado y tan solo por debajo del hielo se atisbaba el correr del agua en algunos tramos. Estoy seguro de que durante el día, con la subida de temperaturas, el arroyo acabó descongelándose para que esta noche vuelva otra vez a su estado sólido. Justo enfrente se encuentra el túnel que trasvasa agua del Río Curueño al Río Porma y que muchos de León recordarán por la trágica noticia de hace unos meses cuando dos ciclistas perdieron la vida al querer atravesarlo, a pesar de las vallas y los carteles prohibiendo el paso que existen.

    Puente del Villarín

    Pontón del Arroyo de Villarías, con el arroyo congelado

  • Puente de Lugueros (42°58’25.2″N 5°24’41.1″W): Este puente está situado casi a la salida del pueblo, frente a un bar y junto al molino. Es de tres arcos y su base es romana, aunque debe de considerarse como medieval por las restauraciones sufridas durante esa época. En este puente me lié a grabar un video para subirlo a Facebook porque hasta ese momento no había tenido cobertura suficiente para hacerlo, y con el tema de la grabación se me olvidó sacarle una foto. Así que aquí os dejo el enlace al video para que podáis ver si os apetece.
  • Puente de los Campos de Lugueros (42°59’07.4″N 5°24’46.1″W): Situado a un kilometro del pueblo, tras pasar las cabañas de montaña «Alto Curueño». Aunque se ve desde la carretera, el puente está algo apartado de ella pero se puede llegar a él en coche sin problemas por un camino de tierra sin excesivas dificultades. Como el anterior es un puente de tres arcos y tiene parte romana y parte medieval restaurada.

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    Puente de los Campos de Lugueros

  • Primer Puente de Cerulleda o La Puente de Abajo (42°59’57.0″N 5°25’30.4″W): Es curioso como el habla local de la zona ha mantenido el femenino para la palabra puente, algo que parece ser que era común en la época medieval pero que se ha perdido en la actualidad. Sin embargo los habitantes del pequeño pueblo de Cerulleda siguen denominando así a los dos puentes que unen la parte principal del pueblo con la carretera. Este primero, situado a la entrada de la localidad, es medieval sobre base romana, 

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    Primer Puente de Cerulleda o La Puente de Abajo

  • Segundo Puente de Cerulleda o La Puente de Arriba (43°00’05.5″N 5°25’38.2″W): El segundo puente de Cerulleda se encuentra a unos cien metros del primero y, al igual que su hermano de abajo, es medieval sobre basamento romano. 

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    Segundo Puente de Cerulleda o La Puente de Arriba

  • Pontón de Francamuerta (43°01’18.7″N 5°26’37.1″W): Llegamos al último puente de la ruta y al más escondido de todos, aunque hay que reconocer que hay carteles indicadores o turísticos en todos y cada uno de ellos y es fácil encontrarlos. Para llegar a él hay que pasar Redipuertas, el último pueblo que hay antes del alto de Vegarada y comenzar la subida al puerto. A unos 800 metros veremos la señal que nos indica dónde está el puente. Su acceso es más complicado ya que hay que bajar por un camino estrecho que complica el dar la vuelta al coche, así que en este caso yo recomiendo dejar el coche junto a la carretera y bajar andando, que son pocos metros. Este puente pasa sobre el arroyo de Francamuerta que desagua en el Curueño apenas unos metros más abajo y fue restaurado hace pocos años por el Ayuntamiento de Valdelugueros ya que estaba prácticamente en ruinas y con riesgo de derrumbe, construyendo además a su lado un nuevo paso para el ganado y evitando así que se siguiera deteriorando. Es completamente romano.

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    Pontón de Francamuerta

Una vez acabada mi visita a los puentes, me fui hasta el alto de Vegarada buscando algo de nieve, porque ya habréis podido ver como esta brillaba por su ausencia en toda la ruta. Tan sólo en los picos más altos y en algunas zonas sombrías se mantenían alguno neveros resistiendo al calor más propio de la primavera que del invierno que hacía a eso de la una de la tarde. Como ya dije al principio el Puerto de Vegarada no está asfaltado y tras acabar la carretera, seguí con el coche por una pista de grava con un montón de baches buscando el límite con Asturias. No lo encontré físicamente (vamos, que no había ningún cartel), pero el que el camino empezara a tomar ruta descendente y que, además, este empeorase casi metro a metro me convenció de que lo mejor era dar la vuelta y dejar la excursión por la vertiente asturiana para una futura ruta a pie o en bici, porque en coche estaba muy complicado. Además al ser la primera vez que iba por allí no sabía muy bien lo que me iba a encontrar, así que creí más prudente dar media vuelta cuando aún podía que meterme en algún camino estrecho con fuerte pendiente del que a lo mejor no podía salir.

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Puerto de Vegarada

Para acabar me fui hasta la estación de esquí de San Isidro, que como muchos sabréis tiene acceso también por Vegarada, concretamente la zona de Riopinos. El paisaje era desolador, sin apenas nieve más que en la zona alta y sin nadie en la zona. De hecho estuve paseando por los remontes mecánicos que, parece ser, tienen videovigilancia, porque lo cierto es que por allí no había ni un alma.

Pues nada, esa ha sido mi excursión del día de Reyes. Y el domingo me largo a Riaño a pasar unos días y a seguir disfrutando de la naturaleza. Además, qué bonita está siempre la montaña, sea la época que sea.

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