Estos dos pasados fines de semana he estado en Alcobendas y en Oviedo narrando las fases finales de los campeonatos cadete masculino e infantil femenino para el canal de streaming de la Real Federación Española de Balonmano. No voy a contaros lo bien que me lo he pasado porque cualquiera que me conozca sabe de mi pasión por el balonmano, así que simplemente imaginaros que os llaman para hacer lo que más os gusta hacer y podréis imaginaros como me sentí yo.
Pero el tema que me preocupa no es el de estos campeonatos, sino el de las nuevas normas que se van a aplicar en el mundo del balonmano ya a partir del día 1 de julio, por lo que estarán en vigor para la disputa de los Juegos Olímpicos. Evidentemente no he visto a nadie jugar con estas normas así que voy a opinar sobre ellas con las reservas que da el no haberlas experimentado en vivo. A lo mejor dentro de unos meses tenemos tiempo para volver a comentarlo.
Estas nuevas normas, que podéis consultar con más detalle en este artículo de la web HandStation o a través del propio documento de la IHF, son las siguientes:
– Se mostrará tarjeta azul a un jugador expulsado cuando pueda acarrear sanción. Tiene su lógica, no es lo mismo una roja por acumulación de tres exclusiones (que no lleva sanción nunca) que una roja directa por juego duro o violento, que sí puede llevarla. De esta forma cuando se saque tarjeta azul los espectadores sabrán que podrá haber expediente sancionador.
– Se podrá atacar con siete jugadores de campo. Hasta ahora se podía cambiar al portero por un jugador de campo si este llevaba un peto que le distinguiera. Ahora se podrá atacar con siete siempre, y cualquier jugador podrá cambiarse por el portero. Personalmente no puedo estar más en contra de esta norma. Creo que desvirtúa completamente el juego del balonmano y hace que en todas las ocasiones se pueda atacar en superioridad, quitando a la defensa la importancia que esta tiene en el mundo del balonmano.
– Sólo se podrán dar seis pases en aviso de juego pasivo: Me parece acertada, de esta forma se evitará la subjetividad de la aplicación de la norma, que hasta ahora dependía del criterio arbitral. Hay que destacar que esa cuenta de seis pases no se interrumpirá si hay un golpe franco o si un lanzamiento es bloqueado por la defensa.
– Atención a un jugador lesionado: Ahora si un jugador es atendido sobre el campo, deberá abandonar el juego y no reintegrarse en los tres ataques siguientes. Debo decir que esta norma me produce sentimientos encontrados. Por una parte está claro que impedirá que los jugadores finjan una lesión durante más tiempo del necesario para cortar el ritmo del equipo contrario (cuantas veces lo hemos visto), pero por otra un jugador que realmente ha recibido un fuerte golpe y que necesita tiempo para recuperarse es castigado con tres ataques sin poder entrar, lo que me parece completamente injusto. De esta forma un jugador no solo recibe un golpe del que tiene que ser atendido sino que además no puede volver al campo en, pongamos, 4 minutos, por lo que es como si recibiese una doble sanción disciplinaria. Sobre esta norma tengo que ver su aplicación para decidir si es buena o mala.
– Exclusiones por faltas en los últimos 30 segundos: Esta norma ya existía pero se aplicaba a los últimos 60 segundos, con lo que se reduce el tiempo en el que se puede aplicar. A partir de ahora en ese lapso de tiempo una falta antideportiva o sobre un ataque claro será sancionado con tarjeta roja (azul si es muy grave) y lanzamiento de 7 metros contra el equipo infractor. No cambia mucho lo que ya estaba establecido y personalmente creo que reducirlo a 30 segundos es un acierto, ya que un minuto en balonmano es «molto longo».
Esta es mi opinión sobre lo que se nos viene encima. Creo que con estas normas lo que busca la Federación Internacional es aumentar el espectáculo (¿tratando de agradar a las televisiones, quizás?) aunque quizás a costa de la esencia del balonmano. En unos meses veremos si estoy en lo cierto o no.